Iniciando en la casa natal de Marcel Pagnol, un circuito a pie balizado te llevará por las calles del centro histórico de Aubagne, donde descubrirás el patrimonio y la historia de esta ciudad milenaria.

Iniciando en la casa natal de Marcel Pagnol, un circuito a pie balizado te llevará por las calles del centro histórico de Aubagne, donde descubrirás el patrimonio y la historia de esta ciudad milenaria.
Se encuentra en el mero corazón de la Aubagne moderna, un lugar privilegiado, testigo de las evoluciones urbanas de la ciudad desde el final de la Edad Media. En aquella época, se juntaban aquí mismo el río Huveaune y el Merlançon, su pequeño afluente que baja desde los cerros de Roquefort-La-Bédoule y se tira cerca de la île des Marronniers (isla de los castaños). Esta confluencia provocaba numerosas inundaciones en la parte baja de la ciudad. La desviación del Huveaune a mediados del siglo XIX resolvió el problema y permitió la creación de nuevos espacios públicos : cours Voltaire, place Pasteur, cours Foch y cours Barthélemy. Este último fue nombrado así para honrar al diputado François Xavier Sauvaire de Barthélemy (1800-1875) que obtuvo que el Estado financiara la tercera parte de las obras de desviación.
La plaza Pasteur se convirtió rápidamente en un cruce importante, ya que aquí se unían la carretera de Marsella a Toulon, y la carretera dicha “de Roquevaire” que permitía llegar a Aix-en-Provence. En 1845, fue adornada por una fuente coronada por un obelisco que los Aubagneses llamarían coloquialmente “la pirámide”. Ante el desarrollo del automóvil, la fuente se volvió inútil y estorbosa, por lo cual fue reemplazada en 1923 por una simple farola, coronada por un reloj en 1948. Desde entonces, la gente conoce la plaza bajo el nombre “plaza del reloj”.
Al sur de esta plaza, se encuentra la place des Quinze, que honra la memoria de los quince Aubagneses que murieron durante la liberación de la ciudad del ejército nazi entre el 21 y el 22 de agosto 1944. La plaza fue creada gracias a la demolición de la manzana llamado “de la Cabeza Negra” a mediados del siglo XVIII. Llevó sucesivamente los nombres de plaza Notre-Dame, plaza Dauphine (1809) y plaza Domergue (1892), en memoria del gramático François Urbain Domergue (1745-1810) que nació en el n°17 de esta plaza y fue nombrado en la Academia Francesa en 1803.
Par ayudarte en tu recorrido, no dudes en consultar el mapa de nuestra guía turística :